Un pasajero de primera clase empezó a insultar a una de las Azafatas de Lufthansa, ésta aguantó lo que pudo hasta que le dio en la cabeza.
El resultado de todo esto es que la misma azafata en pleno vuelo, propuso una guerra de almohadas a los pasajeros de la clase económica.
La azafata demostró que no hace falta armar la mundial y prefiere que se disfrute del vuelo.